EL LEGENDARIO MUNDO DE LOS DUENDES
- Gerson Valdivia
- 2 dic 2023
- 2 Min. de lectura
Explorando en el recóndito universo de la fantasía podemos encontrar un grupo de criaturas legendarias que se originan a partir de las fuerzas de la naturaleza, seres enigmáticos y misteriosos que los estudiosos de la elficología llaman elementales. Estos entes han estado relacionados con la brujería y la alquimia; Paracelso fue el primero en describir su naturaleza, ya sea de agua, tierra, fuego o aire. Dentro de los elementales de tierra descubriremos un peculiar grupo caracterizado por sus pillerías y comportamiento impredecible: los duendes.

Estos han sido descritos desde la antigüedad, las primeras tradiciones cristianas los consideraban demonios y los árabes los relacionaban con los Djinns. La palabra “duende” en nuestro idioma deriva de “duen de casa” (apocope de dueño) ya que estas criaturas se adueñan de las residencias para poder encantarlas. Generalmente son de baja estatura y de aspecto humanoide, con orejas puntiagudas y, según el tipo, pueden tener un aspecto juvenil o, contrariamente, la piel arrugada y de una tonalidad verdosa; aunque esta descripción esta universalizada, otras criaturas como las Lamias también son duendes. Suelen ser muy traviesos, realizando diabluras como esconder las cosas de la casa o anudar al pelo de los animales y las personas; por su naturaleza son muy cercanos al ser humano, en ocasiones suelen raptar a los bebés recién nacidos o entablar amistad con los infantes, por eso es común que habiten las casas con niños, de preferencia si no están bautizados, pues estos aún pueden conectarse fácilmente con las otras dimensiones donde habitan las criaturas elementales. También moran en lugares donde crecen árboles frutales como el higo o el mango pues el dulce de estos les atrae. Dentro de los especímenes mundialmente más conocidos tenemos a los malvados Goblins de la tradición germánica que suelen tener un aspecto entre troll y duende. Los Gnomos tienen un aspecto parecido a los enanos, normalmente envejecidos y con barbas blancas, suelen ser huraños, habitan bajo las raíces de los árboles o en cuevas; suelen dedicarse a los trabajos en minas y a acumular tesoros. En Inglaterra surgieron los temibles Gremlins, seres siniestros que se encargaban de descomponer los artefactos. En Irlanda encontramos al Leprechaun quien suele vestir traje verde y está relacionado con varias celebraciones y costumbres del país, en especial la de San Patricio; llevan consigo un caldero cargado de tesoros que entierran en tiempos de guerra, de allí la tradición popular de que estos suelen encontrarse al final de un arcoíris. En nuestro país encontramos al Muqui, una criatura que habita las minas y a quien los trabajadores suelen rendir tributos pues suele castigar a los avaros y a los que dañan la naturaleza. También son populares el Chullachaqui en la mitología de la selva y la Cuda en la sierra norte.
En el flamenco existe una expresión que fácilmente puede llevarse a nuestra vida cotidiana y es el “tener duende”, esa habilidad de convertir nuestros sentimientos en arte puro, el forjar en nuestra alma esa gracia y picardía enigmática de estas criaturas para lograr cosas extraordinarias. Por ello es necesario dejar nacer el “duende” en nosotros, ese que nos permitirá aflorar nuestro talento y perfeccionar nuestras habilidades.
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