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CREADORES DE FANTASÍA

  • Foto del escritor: Gerson Valdivia
    Gerson Valdivia
  • 18 sept 2023
  • 2 Min. de lectura

Los cuentos de hadas han sido siempre un componente importante en nuestra formación durante la niñez; si bien esas historias llenas de fantasía, protagonizadas por criaturas mitológicas y personajes de la nobleza, sirven de combustible para el despegue y viaje de nuestra imaginación, nos permiten también, como diría la escritora española, Carmen Martín Gaité, “salvarnos del agobio de lo práctico”.


Pero a pesar de su enorme popularidad, sus autores suelen ser desconocidos por la mayoría de lectores, razón por lo que es necesario hacer una evocación de ellos, a manera de gratitud por su brillantez, y no queden a la sombra de grandes corporaciones como Disney.

Muchos de los cuentos universales que hoy conocemos, provienen de leyendas de la cultura popular europea, relatos que los viejos solían contar a los niños a manera de lección o simplemente para atemorizarlos. Estas narraciones orales fueron recopiladas por escritores apasionados, no solo por el folclore de su pueblo, sino también por la belleza literaria que imprimían en ellos. El primer gran compilador de cuentos fue Gianfrancesco Straparola con su obra “Las noches agradables” de 1555. En 1674 se publicó el trabajo póstumo de Giambattista Basile conocido como el Pentamerón (inspirado en Bocaccio), siendo uno de los más valiosos de Europa y en donde surgen historias como La Cenicienta, La Bella durmiente, Blancanieves, Hansel y Gretel, El gato con botas y Rapunzel. Estos primeros relatos distaban mucho de las versiones que hoy conocemos, caracterizados por su temática algo sombría. Sería Charles Perrault, un retirado funcionario de la corte francesa, quien tiempo después y en su vejez recopiló nuevamente estas narraciones, dándoles un toque más temperado que las originales, con la finalidad de que puedan ser disfrutadas por los más jóvenes, añadiéndoles una enseñanza moralizadora al final de cada una. Aquella obra culminada en 1697 con el nombre de “Historias de tiempos pasados” (popularmente llamada Los cuentos de Mamá Oca), añade, a los ya escritos por Basile, relatos como la Caperucita roja, Barba azul y Pulgarcito. Y aunque rebajada la crudeza de estos cuentos, en nuestros días podría no ser suficiente. Tiempo después estas creaciones serían fuente de inspiración para escritores como Hans Christian Andersen, los Hermanos Grimm, Ludwig Bechstein o Carlo Collodi, quienes moldearían finalmente la estructura de los cuentos de hadas modernos, que pasaron de ser agentes coercitivos, a ser los mejores conciliadores del sueño de los más pequeños.


Los cuentos se convirtieron en una lección de vida, donde no todo gira en torno a la existencia de monstruos y brujas, sino de un final donde estos deben sucumbir ante las fuerzas del bien. Instamos a que los padres fomenten la lectura en sus hijos, pues con ella podrán estimular su ingenio en mundos fantásticos, entre el suspenso y la fascinación, y no solo de aquellos clásicos mencionados, sino también de las tradiciones fantásticas de nuestros pueblos que aún perduran y se resisten a quedar en el olvido.

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